domingo, 9 de agosto de 2015

El mercado Municipal Poza Rica.



Por Joel García Cobos,

Según la historia, nuestro  mercado municipal se inauguró en 1947, cuando Poza Rica  pertenecía al municipio de Coatzintla, y lo construyó Petróleos Mexicanos, siendo  su superintendente el Ing. Jaime  J. Merino.  Al parecer   alrededor de  la  galera central,   quedaba espacio para el estacionamiento que en aquel entonces  solo habían pocos carros; los comerciantes venían de los estados cercanos  como Puebla, Hidalgo, San Luis Potosí, así como Estado de México y Distrito Federal, cada fin de semana exponían sus productos, en  improvisados puestos de diversos materiales.

Av. 2 Norte,hoy H.Kehoe Vincent, en 1966.

Conforme  pasaron los  años, los comerciantes se fueron quedando para vender también durante toda   la  semana, improvisando puestos,  yo lo que  recuerdo de niño es, que ya no  había zona de estacionamiento, resultando un centro   enorme y desorganizado, lo  veía tan contrastante,  vastedad de puestos, gente y  productos,  era de un solo piso tenía techos tal vez  de  asbesto  y por 2 lados  puestos y  de los otros 2  lados tela ciclón.



Algunas partes como fondas, frutas  y legumbres les faltaba aseo, el piso no tenía mosaico, los cables de luz  se veían en mal estado y los cilindros de gas por doquier;  en tiempo de lluvias era  una tortura, con   escurrideros  constantes y las coladeras rotas y mal puestas.




Era feo, pero a la vez,  pujante y activo, lleno de imágenes  y aromas. Estaba en un  terreno plano, sus cuatro lados eran de diferente extensión, una entrada grande quedaba del lado del  bulevar Ruiz Cortines, y  la galera principal tenía solidas columnas, la marquesina estaba muy alta,  como piramidal con respiraderos circulares, a mí me parecía una inmensa cara que no se cansaba de ver pasar a  la gente

Del lado contrario, hoy la avenida 2 Norte Heriberto Kehoe Vincent, iniciaba con el hotel Poza Rica, la siguiente cuadra tenía varios comercios  y en la esquina  estaba  la zapatearía --
Canadá,    tenía un angosto  camellón pavimentado, pasando la calle comenzaba el mercado,  habían muchos negocios y  daban directamente a la banqueta,  recuerdo: Los Dantes, Radio Centro,  El Cenador, que vendían  pozole,  mondongo y antojitos, su apogeo era a partir de las 5 de la tarde, de aquí en adelante tenia tela ciclón pues era parte del área  de  fondas.


Cerca de la puerta central estaba Bazán, donde llegaban las publicaciones como periódicos y revistan de la Ciudad de México y de aquí se distribuían,  tal  vez  desde  mii primaria   estuvo ahí  pero yo  lo   recuerdo a partir de la secundaria cuando nos encargaban  algún impreso.
Los famosos churros y donas, foto tomada de ‘Super Churrería Los Jarochos’ reseña de José Luis Rodríguez Badillo, publicada en el libro  Por la senda del petróleo.
  Volviendo al lado Poniente, de tal vez   unos cien metros, lindaba  con el bulevar Adolfo Ruiz Cortines, aquí también  los comercios daban a la banqueta que siempre estaba llena de gente, pues ahí además de los negocios era la zona de ascenso y  descenso de los autobuses y taxis de ruta que  iban a las colonias, cerca del extremo sur estaba La Unión de  Comerciantes que era la oficina administrativa, no se en que año  construyeron un auditorio chico, en éste muchos años dieron clases de Corte y Confección, luego techaron con lámina un tercer piso que sale en muchas fotos.

En  el  extremo norte estaba La Fe, un puesto muy chiquito de materiales para manualidades que pertenecía a la maestra Aurorita, directora de las academias de costuras municipales, todo   el tiempo estaba lleno, pero más en mayo  y  diciembre; detrás  de  este puesto y a un lado de la puerta  de la esquina   había  un puesto de  aguas  frescas y otro de dulces.
Deliciosas  aguas frescas, foto tomada
 de la  misma   fuente.


Habían  varios puestos de aguas,  pero el más famoso estaba junto a la puerta ancha de en medio, qué  sabrosas aguas frescas, de varios sabores, mis preferidas eran mango,  horchata y tamarindo,  sencillamente deliciosas, se apetecían con los calorones de nuestra  ciudad; además eran muy solicitados los churros y las donas, con su delicioso aroma se hacían irresistibles a todos los que pasábamos,  mi papá nos llevaba  en temporada  fresca  cuando  salía de su trabajo  a  las 4 de la  tarde.  
           El lado Norte era el más corto, lindaba con la calle 13 de Diciembre, se le  llamó así en celebración  al día en que la Compañía Petrolera él Águila trasladó a principios de los  30’s  su campo petrolero  Furberos al Km. 56 hoy Poza Rica, algunas  personas consideran este hecho como  la fundación de nuestra  ciudad,   pues  antes solo hubo   unas chozas  desperdigadas, exceptuando lo que hoy son las   colonias Ávila Camacho y Petromex.     
      El mercado en  los 90’s   al centro Los Dantes. 


De ese lado  del mercado  las tiendas   no daban a la banqueta ni  se  podían  ver ,  tenía tela  ciclón y lámina, en el interior estaban los  puestos, generalmente  de telas y ropa, como Casa Castillo, Casa Carrillo, Bonetería  Memín; pasando la calle mueblerías como Graña y El gallo,  y zapaterías, un ejemplo, en la  esquina  la multi citada Canadá.  


                    Las demás áreas, no siendo muy exigente, estaban aceptables, se podía andar con normalidad, por ejemplo Carnes y pescados,  estaban limpios: trastes, semillas,  sombreros,  yerbas, plantas medicinales; piñatas, juguetes y  dulcerías, lo positivo: era un centro comercial donde se encontraba todo lo necesario, que proporcionó a muchos comerciantes, ingresos económicos suficientes para que sus hijos estudiaran carreras  universitarias o técnicas. 


































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