domingo, 30 de julio de 2017

El puente peatonal en fotos a través del tiempo. Poza Rica, Veracruz.






Fotos tomadas del fb Poza Rica en Fotos.


El auto que todos tenían.


“Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él” (Colosenses 2:6).



Si te gusta manejar o andar en auto, sin duda considerarás este como un día histórico: el 30 de julio de 1863 nació Henry Ford, fundador de la Ford Motor Company, y uno de los pioneros de la industria automotriz.

Ford fue un inventor prolífico, más allá de que se puedan cuestionar sus ideas políticas, sociales y económicas. En total, registró 161 patentes. Pero, sin duda, es recordado por la invención del Ford T, el vehículo que revolucionó el mercado automotriz, el transporte y la industria en los Estados Unidos cuando apareció el 1° de octubre de 1908.

Básicamente, este modelo tenía tres características que lo hicieron muy popular:

1. Era económicamente accesible para comprar.
2. Era sencillo de conducir.
3. Era simple y barato para reparar.

En 1914, por ejemplo, se logró un récord de ventas: 250 mil unidades; y en 1916, 472 mil. Para 1918, la mitad de los autos en los Estados Unidos eran Ford T.

La vida cristiana consiste, valga la redundancia, en andar con Cristo. Pablo explicó a los Colosenses que no solo bastaba con recibir las enseñanzas de Jesús, también debían andar en ellas.

La vida cristiana puede tener tres características similares a las del Ford T:

1. Es accesible para todos: La salvación no se le niega a nadie. Dios no quiere que perezcamos, sino que todos procedamos al arrepentimiento (2 Ped. 3:9).

2. Es sencilla de conducir: Si bien hay dificultades y luchas, si oramos, estudiamos la Biblia y testificamos cada día, nos mantendremos en la senda correcta. Cristo “presentaba las palabras de vida con tanta sencillez que hasta un niño podía comprenderlas” (Elena de White, Consejos sobre la salud, p. 499).

3. Es simple de arreglar: En realidad, para nosotros es gratis. Nuestra parte es pedir perdón y arrepentimos. Pero, la salvación costó carísima: la vida del Hijo de Dios. “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” (Rom. 3:24).

Hoy puede ser un día histórico. Acepta el desafío de caminar con Jesús, tal como lo hizo Enoc.

“Dios está dispuesto a trabajar por nosotros, a darnos su libre Espíritu, si luchamos, vivimos y creemos para obtenerlo; entonces podremos andar en la luz, como él está en luz. Podremos regocijarnos en su amor y beber de su rica plenitud” (Elena de White, Joyas de los testimonios, 1.1, p. 160). PA

Tomado de:
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2017
UN DÍA HISTÓRICO
Pablo Ale – Marcos Blanco
Lecturas devocionales para Jóvenes 2017

sábado, 29 de julio de 2017

El aprendiz.


“Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo” (Génesis 50:20).

El mundo ya los necesitaba. Luego de un largo paréntesis de doce años (producto de la Segunda Guerra Mundial), regresaron los Juegos Olímpicos. Ya ensombrecidos por la contienda militar, su última edición había sido en 1936, en Berlín, Alemania. Por eso, ese 29 de julio de 1948 fue un día histórico. En esa jornada se inauguraron en Londres los XIV Juegos Olímpicos. Participaron 4.104 atletas (3.714 hombres y 390 mujeres) de 59 países.

En estos Juegos ocurrió algo digno de destacar. Karoly Takacs, oriundo de Hungría, no había podido clasificar para representar a su país en Berlín 1936. Pero, como era un excelente tirador de pistola, siguió practicando.

No obstante, su sueño olímpico se hizo pedazos cuando, en medio de la guerra, perdió su mano derecha debido a la explosión de una granada. ¿Puedes creer esto? ¡La vida es muy injusta!

Lejos de desanimarse, Karoly Takacs empezó a entrenar tiro con su mano poco hábil, la izquierda. Tanto esfuerzo valió la pena: no solo clasificó para Londres 1948, sino además ganó la medalla de oro con una performance perfecta y récord mundial. Repetiría su hazaña en Helsinki 1952, y se convirtió así en el primer tirador en ganar la medalla de oro en dos juegos consecutivos.

A veces, la vida nos quita algo valioso; a veces, sentimos que lo perdemos todo. En ocasiones, parece que las chances se acaban y las posibilidades se reducen. Sin embargo, tal vez sea una oportunidad para crecer y obtener logros impensados. José se habrá sentido sumamente triste en el pozo. Su suerte no cambió porque fue vendido como esclavo y luego llevado injustamente a la cárcel. Pero desde allí se convirtió en el gobernador de Egipto.

Hoy puede ser un día histórico. Haz de las pérdidas experimentadas últimamente un trampolín para crecer. ¿Qué cosas tienes que aprender? ¿Qué cosas tienes que desaprender? ¿Estás “entrenando” con fe, paciencia y confianza en Dios, o aún estás quejándote por aquello que ya no está?

“Cristo ha prometido ser una ayuda presente en todo tiempo de necesidad; pero él no nos ha dicho que estaremos exentos de las pruebas. Por el contrario, nos ha informado claramente que tendremos tribulación. El ser probados y tener dificultades es una parte de nuestra disciplina moral. Aquí podemos aprender las lecciones más valiosas y tener la gracia más preciosa, si nos acercamos al Señor, y lo soportamos todo con su fortaleza” (Elena de White, Notas biográficas, p. 293). PA

Tomado de:
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2017
UN DÍA HISTÓRICO
Pablo Ale – Marcos Blanco
Lecturas devocionales para Jóvenes 2017

miércoles, 26 de julio de 2017

El idioma universal.


‘Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras” (Génesis 77:7)

El 26 de julio de 1887 fue un día histórico. En Varsovia, Polonia, se publicó el libro en el que el doctor Lázaro Zamenhof hizo pública su propuesta de una lengua internacional, conocida con el nombre de esperanto.

Creado para servir como idioma auxiliar internacional, es decir, como segunda lengua de comunicación (después del idioma natal), el esperanto extrajo su vocabulario de muchos idiomas, como el latín, el italiano, el francés, el alemán y el inglés.

En la actualidad, se estima que este idioma cuenta con entre 100 mil y 2 millones de hablantes: no obstante, no ha alcanzado todavía las expectativas de su creador de convertirse en una segunda lengua universal hablada en masa.

En el mundo ideal de Dios, todas sus criaturas hablaban el mismo idioma. Si en Génesis 3 apareció el pecado; en Génesis 4, el asesinato; y en Génesis 6 al 8, el diluvio debido a la maldad de los hombres; en Génesis 11 aparece otro hecho que nos degrada como seres humanos; la imposibilidad de comunicarnos correctamente. Los incidentes ocurridos en la torre de Babel dan cuenta de ello. Surgida como un desafío a la promesa de Dios (que indicaba que no volvería a ocurrir un diluvio), los talentosos pero orgullosos hombres emprendieron una empresa ciclópea: una torre que llegara hasta el cielo. Pero Dios confundió sus lenguas, y la edificación se detuvo (Gén. 11:7-9).

Desde entonces, los problemas de comunicación entre nosotros se han incrementado notablemente. Los malentendidos, los chismes, las mentiras, los comentarios fuera de lugar, son parte de nuestra experiencia cotidiana. Vivimos en una Babel donde cada vez hay más medios de comunicación pero estamos más incomunicados.

Hoy puede ser un día histórico si aprendes a entablar sanas comunicaciones con Dios y con los demás. Sé sincero, habla claramente y satura tu lenguaje del amor divino. Si lo haces, estarás mejor preparado para el Reino de los cielos, donde nuevamente hablaremos un idioma, sin diferencias ni confusiones.

“El poder transformador de Dios descenderá a todos los que procuren la paz de Jesucristo […]. Él pone sus estatutos en sus mentes y los graba en sus corazones. Su conversación será impulsada por el Salvador que mora en el alma […]. Sus corazones anhelan a Dios. En su conversación, les encanta meditar en su misericordia y bondad, puesto que para ellos él es completamente amoroso. Aprenden el idioma del cielo, el país de su adopción” (Elena de White, Alza tus ojos, p. 295). PA

DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2017
UN DÍA HISTÓRICO
Pablo Ale – Marcos Blanco
Lecturas devocionales para Jóvenes 2017

viernes, 7 de julio de 2017

El amor nunca deja de ser.




Por: Joel García Cobos.

Cuando los presentaron él tenía 2 años y ella 20,  su tío le dijo: __”Ella es tu tía” y fue amor filial a primera vista, le dio la mano y la condujo a un rinconcito de la sala donde tenía su banquito,  la muchacha sonriendo obedeció, se sentía en el piso, al estar cara  a cara iniciaron un dialogo sin fin. En esa presentación de la prometida, se extrañaron que  el niño no fuera huraño con ella. La familia comentó esto más de 60 años.

En unos momentos, la charla entre ambos estaba centrada en el tema importantísimo de temporada, pues desde un principio ella tomaba muy en serio sus opiniones, le preguntó si con esa lluviecita  constante consideraba que llegaría Santa,  o los animalitos se quedarían atascados con tanto lodo, en su corto lenguaje le contestó: __”Sí viene” fue su enfática respuesta y agregó haciéndose entender con sus blancas manitas: __”¡Helicóptero!” __”¡Ah! Va a llegar  modernizado.” __”¡Sí!” Dijo con fuerza. __”¡Ah! Así sí, y ya verás que te va a traer muchos juguetitos bonitos, fue su alegre afirmación.

Los tíos se casaron, pasaron varios meses. Cuando los padres del niño comenzaron a construir su casa, abrieron zanjas para los cimientos corridos, el peligro era que  el menudito inquieto  cayera en ellas, entonces su papá lo tomaba de la mano y lo llevaba con la tía, felices pasaban las horas coloreando dibujos y platicando, al momento de comer le cocinaba sus antojitos. Y así volaron los años, al grado que  se hizo joven y ella madura, un día regresó del Tecnológico a mostrarle su título y el carro deportivo que su papá le regaló. En ese carro visitaron a la familia y se trasladaron a sucesos tristes, como el funeral de la abuelita.

Él se casó, a través de los años de matrimonio, a ambos les dio muchos  consejos en ese complicado camino, pasaron contentos las fiestas familiares, llegaron los hijos, crecieron, se fueron a estudiar,  ahora estos tenían sus propias ocupaciones. Ya  para entonces la tía era una persona de la tercera edad,  él se  jubiló y comenzó a  visitarla con más frecuencia, pasaban tiempo recordando las anécdotas familiares, veían películas y videos, claro, sazonadas con pláticas de dolencias, idas al médico, remedios caseros, intercambiaban también dietas, medicamentos, y demás sucesos de la ciudad. Pasaron juntos por el doloroso fallecimiento del tío.

Ya como viuda, veían los álbumes de fotos y leían, ella hasta se operó de una catarata para no perderse nada, le indicaba que le leyera a Pablo,  sobre todo la primera carta a los Corintios, el fragmento que más le gustaba y que le recordaba a su esposo era: __”Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser.”

A él, se le aceleraron los padecimientos, ingresó varias veces al hospital,  tan solo ver el esfuerzo que hacía para  caminar y visitarlo  le daba ánimo, se quedaban en silencio los dos, de vez en vez le contaba alguna brevísima anécdota.  Ya muy ancianita se fue a vivir a una población distante, cerca de su feliz pueblo, cuando se despidieron hubo un grande pesar entre ambos, le dijo: __”Tía, presiento que ya no te volveré a ver.” Ella tratando de ocultar una lágrima le aseguró con la voz más firme que pudo: __”Oh, no, yo te voy a llamar por teléfono todos los días, y nada más que nos establezcamos bien, se pasarán temporadas con nosotras.”

Pero ya no hubo tiempo, unas semanas después, en una fría mañana la ancianita despertó con la noticia de su fallecimiento, sintió un gran dolor y vacío, el segundo golpe antes de tres años, regresó a la ciudad y asistió a su funeral donde permaneció en silencio, con los ojos arrasados por las lágrimas. Tres semanas después, por la misma hora, se quedó dormida.