domingo, 21 de agosto de 2016

Una página de nuestra historia.

Foto tomada  del facebook de Mario Román.
Por Joel García Cobos.

Aquí en Poza Rica, estamos recordando el 50 Aniversario de una gran tragedia, pues el 14 de agosto de 1966 una tubería registró una fuga en la Refinería Nuevos Proyectos de Petróleos Mexicanos, amenazando la existencia de miles de personas que huyeron despavoridas para todos lados alejándose de la explosión y el incendio que siguió.
Afortunadamente el trabajador, Fortino Yánez Zaleta,  enfrentó con valor la situación, con peligro de su vida, cerró una válvula de hidrocarburo evitando una tragedia mayor y de funestas consecuencias; lamentablemente murió después de lograr su desinteresado y heroico acto.
A 50 años, los familiares que sufrieron pérdidas humanas los recuerdan aún con tristeza, los seres queridos no se olvidan, permanecen inalterable; para los que vivimos en aquel entonces, quedan los recuerdos borrosos y las anécdotas que van pasando de generación en generación. 
Foto tomada  del facebook de Mario Román.
Yo tenía 6 años, mi madre como buena veracruzana cuenta con sazón lo vivido, lo implanta a los hijos que quieran escuchar el rico legado familiar, de tanto escucharlo no sabemos dónde termina su versión y dónde comienza la nuestra. (Ver Kaniwá #15 del 16 de agosto de 2015 y http://kaniwajoelgarciacobos.blogspot.mx/ 2015/08/la-explosion-del-14-de-agosto-de-1966. html ).
  Destaca: __”Aquí quédate Chatita, no te expongas al salir a la calle, ni expongas a los niños, si considero que están en peligro, pido permiso y vengo por ustedes. Él era así, previsor.” Su relato tiene ahora un rasgo de nostalgia y dolor.
En lo personal, repaso que la gente corría frenética por la avenida Ciprés de la colonia Chapultepec, cargando niños, bolsas, cajas, animales, a medio vestir y hasta desnuda. Años después escuché a doña Estela que contaba que iba y venía de su casa a la tienda de don Roberto Castro, en cada viaje se tomaba vaso tras vaso de leche y llegaba repitiendo: __ “Sé que es buena para evitar intoxicaciones” cuando fue a dar de cenar, ya no había ni una gota. Doña Estela y doña Tere cómo se reían al revivirlo.
Considero que dadas las proporciones, el pueblo pozarricense se portó bien, sobre todo con los niños extraviados, la radio que se solidariza en casos como este, transmitía las llamadas a su cabina: __”Me llamo Zutano de Abram, tengo en mi domicilio tal, dos niños vestidos así… que dicen llamarse X y Z, por favor pasen sus padres a recogerlos.”
Poza Rica arde por sus 4 extremos.
Mi madre también refiere la siguiente anécdota: ¡Ah! ¡Eso sí!, a los pocos días alguien quiso hacer su agosto, y una casa comercial sacó su propaganda: __”Atención, atención, Poza Rica arde por los cuatro extremos.”  Se oía una voz apresurada.
__¡Dios Mío! ¡Otro incendio! Claro era lo primero que uno pensaba, imposible que no pusiera uno cuidado, y todos nerviosos nos preguntábamos en cuestión de milésimas de segundos: __ ¿Por dónde vamos a salir? para luego escuchar una voz pausada y enfática: __”Pero arde por los bajos precios de su Almacén X.”
Ese corto anuncio se oía en otros lugares, iba de boca en  boca y cada quién le añadía su cada cual, lo oían familiares de personas que vivían aquí o iban a estos y les contaban su versión toda distorsionada, ni quién dijera que era un ardid publicitario, mi tío Ángel me llamó bien preocupado del puerto de Veracruz, le dijeron que Poza Rica había desaparecido, se preguntaba con impaciencia: __ ¿Cómo le habrá ido a Licha con sus niños pequeños y mi hermana ya grande.”
Lo bueno es que ya pasó, y Dios quiera que no se repita, es una hoja de la historia de nuestra ciudad, si no ¿Qué le contaríamos a nuestros hijos, sobrinos y nietos?

Texto Publicado en: Kaniwá #67 Suplemento cultural del periódico La Opinión, Poza Rica de Hgo; Veracruz. México, del 14  de agosto de 2016.






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