miércoles, 2 de marzo de 2016

Carlos Pellicer, 39 años de ausencia.

Por Joel García Cobos.


De pequeño mi madre era la ventana por la cual me asomaba al exterior, al mundo de los adultos. Ella cuenta que desde que aprendió a leer, desde muy pequeña, leía la revista Selecciones a escondidas de su abuela que no la encontraba apta para su edad. Me platicaba del Indio Fernández y María Félix, de  Diego Rivera y Frida Kahlo, de Benito Juárez y de Porfirio Díaz; de Sofía Bassi y de Rosario Castellanos. A ella le oí mencionar a Carlos Pellicer por primera vez, decía que era un gran poeta, yo le creí, me dijo algunos de sus versos, recuerdo: Agua de Tabasco vengo/ agua de Tabasco voy. /  De agua hermosa es mi abolengo/ es por eso que aquí estoy/ dichoso con lo que tengo. / Creo que éste, Agua de Tabasco, es su poema más conocido, su sencillez dice mucho de él.

Casa donde nace Carlos
Pellicer en Villahermosa Tab.
Los padres del poeta.
En la segundaria  Federal Uno lo leímos con los maestros Cifuentes y Ahutzin, el director Brito y González cuando faltaba uno entraba y nos hacía leer.  Por estas fechas Juan José Arreola lo nombraba en sus charlas televisivas temprano de la tarde. Fue en todo esto que me enteré que Carlos Pellicer Cámara nació el 16 de enero de 1897, en la ciudad que hoy se llama Villahermosa, Tabasco, siendo el mayor de 3 hermanos hijos de Carlos Pellicer Marchena (farmacéutico) y Deifilia Cámara Ramos; fueron  a vivir a la Ciudad de México en 1908 trayendo a Carlos, ella le enseñó a leer, escribir  y su amor por la poesía. Su adolescencia fue difícil, pues su padre tras la Decena Trágica de 1913 se alistó en el ejército constitucionalista, un tiempo vivieron en la ciudad de Campeche (1914-15) donde Carlos se impuso escribir un soneto diario; para sobrevivir su madre hacía dulces y él los vendía, regresaron  a Villahermosa y al terminar la secundaria consiguió una beca para estudiar en la ciudad de México, en la Preparatoria Nacional.




En la prepa Gabino Barreda, en la clase de Lectura y Redacción fue cuando oí su voz,  como mi maestro era un gran Poeta: Fernando Gutiérrez Calderón el gran bardo de Papantla, y la llevábamos los 5 días de la semana, pues ahí le encontré más sentido y belleza a los versos de Pellicer, el maestro se sabía muchos de memoria de él y de Borges, entre otros,  constantemente los declamaba y escribía en el pizarrón.  





Carlos Pellicer López
sobrino del poeta.
Pellicer fue facilitador de la cultura, maestro, escritor, poeta, museógrafo y político, asegura su sobrino Carlos Pellicer López, que además, vivió como poeta enamorado de la vida. Resultó un excelente bachiller, al grado que fue a dar a Colombia y Venezuela en misión especial enviado por el presidente Carranza, a su retorno en 1922, en el informe de sus actividades despotricó contra el dictador venezolano, lo escucha el Rector de la Universidad de México José Vasconcelos, después de conocerlo y reconocer sus valores, lo nombra escribano y luego oficial y catedrático de Lengua Castellana. Pellicer desde entonces forma parte de su equipo de trabajo, al ser nombrado Vasconcelos Secretario de Educación Pública lo trae a trabajar con él, destacando en la alfabetización de los barrios humildes de la capital.


En la Facultad también estudiábamos a Pellicer, lo leía acostado en la quietud de mi pequeño y céntrico departamento de Diego de Montemayor casi esquina con Juan Ramón Jiménez, otro gran poeta, Premio Nobel y autor de Platero y yo. Cuando el sol calcinante bajaba, subía con mi libro, me sentaba en lo fresco de unos escalones y leía. Desde esa azotea, cuando la luz del sol agonizaba, dejaba ir mi imaginación, recreaba las imágenes de la selva tropical de Pellicer, contrastante con aquel desierto neolonés de asfalto y edificios de acero y cristal.


Pellicer participó en varias revistas literarias y de opinión, formó parte del grupo literario Contemporáneos y colaboró en su revista a lado de Jaime Torres Bodet.  Fue Director del Departamento de Bellas Artes. En 1925 el poeta argentino José Ingenieros lo ayuda y emprende un viaje a Francia estudiando los Museos, se las ingenia para ir a Italia y a  medio oriente 3 veces en un periodo de 4 años. En 1929, regresa a México a participar en la campaña de Vasconcelos a la presidencia de la república,  al perder las elecciones Pellicer es encarcelado por breve tiempo por sus ideas vasconcelistas.


Pero fue en 1986, el año del mundial y de varias de mis cirugías, cuando me encontré con Pellicer en todo se esplendor, ese año lo pasé en su tierra natal,  al descubrir  la ciudad rodeada de agua, con exuberante verdor vi el rostro del poeta y comprendí cabalmente sus metáforas. En la atmósfera se mesclaba la incesante porra de México 86 que se intensificaba con los goles; y por otro lado, literalmente se escuchaba todo el día en la radio y en los hogares a Juan Gabriel, que sonaba con su éxito de moda: Te lo pido por favor.




Orquideas en el sauce de Carlos Pellicer López.
En 1931, después de la desagradable experiencia del encierro, ingresa a la Secundaría 4 impartiendo 3 cátedras, Historia de México; Historia Universal y Literatura Castellana, esta etapa de 20 años le proporciona grandes satisfacciones, y pudo dejar la pobreza, se le veía contento y bien vestido conviviendo con sus alumnos en las calles del centro histórico, templos, museos y centros arqueológicos,  paseos de estudio que él organizaba y su pedagogía influyó en muchos de ellos al grado que destacaron en sus profesiones y cultivaron su amistad por siempre, como fue el caso del Arq. Pedro Ramírez Vázquez y el cardiólogo Manuel Fierro. Su gran amiga la maestra y poetisa chilena Gabriela Mistral, reconociendo su arte lo llamó El Poeta de América.  


Gabriela Mistral con Antonio Caso,Julio Torri, José
 Vasconcelos, Carlos Pellicer y Enrique González
 Martínez, entre otros.
En Villahermosa saltan a la vista los elementos que se repiten con singular maestría en sus poemas: agua, tierra, aire y fuego; el río Grijalva abraza tiernamente a Villahermosa como un novio a su amada, la tierra es baja y generosa haciendo crecer la selva tropical del jaguar despertado; en su subsuelo corren los veneros que afirmó López Velarde que nos escrituró el diablo. El aire refresca las conciencias y las hace pensar, embelleciendo el panorama y haciendo danzar por igual a la palmera y a la ceiba.  El sol se manifiesta en todo su esplendor y la mantiene laboriosa gran parte del día. Con razón su poesía transmite fuerza, el enamorado de su tierra nos la presentó con mil metáforas.
Otra etapa fecunda fue su ingreso a la Academia Mexicana de Lengua en 1952,  combinada con la  Museografía, en 1964 se le concedió el Premio Nacional de Literatura, mientras que en la otra, da vida a  los museos Frida Kahlo, el Anahuacalli, y  La Venta, en Tabasco. Su biblioteca tenía 3 habitaciones, con infinidad de libros, obras de arte  y piezas arqueológicas.

 Mi madre caminaba por el centro histórico de Villahermosa,  visitó el museo Casa de los Azules y compró 3 de sus libros: Horas de Junio; Recinto y otras imágenes; Cuerdas, Percusión y Aliento; junto con la Biblia, estas eran nuestras lecturas en la casa y en el hospital. Pellicer es elegido en 1976 senador por Tabasco muriendo al año siguiente a la edad de 80 fructíferos años, el 16 de febrero de 1977, y sus restos descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres de la ciudad de México. Después de leerlo, yo también estoy convencido que Carlos Pellicer  es un gran poeta. 




Texto Publicado en: Kaniwá #42 Suplemento cultural del periódico La Opinión, Poza Rica de Hgo; Veracruz. México, del 21  de Febrero de 2016.






No hay comentarios:

Publicar un comentario