jueves, 17 de septiembre de 2015

El lado sur del mercado.


Por Joel García Cobos.



Continuando  con  la descripción  del  Poza  Rica de fines de los  años  60´s  y  principios de los70´s, aludo  ahorra  el costado  Sur del mercado  central, que me parece  un lugar típico, digno de  haber sido  plasmado por el extinto pintor   francés Toulouse Lautrec.

Foto  Humberto "Jarocho" Rivera.
Linda con la calle Heroico Colegio Militar, resultando un segmento   muy transitado y   caótico, la  gente era tal, que  la primera impresión que  daba,  era ser   una calle   peatonal,  de esas que  hay en algunas  ciudades donde  las  personas caminan sin  preocuparse  de  los carros, pero nada  más   lejos  de  la  realidad,   pues aquí  descargaban los camiones proveedores,  sin mediar al parecer, reglamento ni horario alguno.
Los   señores   cargadores andaban libremente con sus diablitos, transportaban refrescos, barras  de   hielo,   bultos de ropa, cajas, cilindros  de gas, etc. Otros, en   sus carretillas largas de madera, hacían lo propio  con todo tipo de  mercancías  como:    costales de granos;  azúcar; jabón; jaulas de pájaros;   cubetas con  flores; frutas;  verduras;  etc; aprovechando una sombrita, se tiraban sobre los camastros para descansar y refrescarse.
               De enormes camiones descargaban todo tipo de objetos: boiler; tinacos;  escaleras;  muebles del hogar;   tubos de varios materiales, tamaños y  colores;  herramientas; royos  de  mangueras, láminas de asbesto, cartón y zinc; maderas, etc.
              De este mencionado lado, los  puestos del mercado no daban  a la banqueta, estaban  internos, circundados  de tela ciclón y láminas, no se veía para adentro, una  parte era de fondas, le seguían: verduras, frutas, aves,  flores, cada  cual  aportando sus característicos   aromas, sonidos  y vistas  a este   panorama costumbrista  de  unos 800 metros  cuadrados.
              En el lado de enfrente,  en construcciones de todo tipo y materiales, habían departamentos, consultorios, oficinas,  estaba  tapizado de comercios, habían peluquerías,   ferreterías como  Tellería, ventas de  pinturas, hoteles como el  Nuevo León;  tiendas  de abarrotes, fondas, cafés como el famoso Capri atestado de gente por sus ricos bísquets, 
En la  esquina  con Kehoe   Vincent, también captaba las miradas  aquel  indignante y pestilente basurero, el  más céntrico  del mundo, era una vergüenza,  aquí se reunía los desperdicios del mercado y se iban a tirar  a uno mayor, por más que se lavaba y  lavaba despedía fétidos olores, el camión recolector provocaba embotellamiento y pleitos.
                              
             A los vehículos mencionados hay que añadirles: taxis; el  de la Comisión de luz arreglando unos cables;  bicicletas; motos y particulares,  por más que se prohibió  estacionarse de  lado  y lado,    siempre habían muchos   formados en una o dos filas, el abnegado  agente de tránsito haciendo su labor,  les  hacía ver su  mal proceder, se quedaba cayado y se despedía muy agradecido  cuando  le deslizaban un papel en  la  mano que se preparaba  un poco  antes de ingresar a ese  paraíso.  
             Por  último  menciono con todo respeto algunos personajes típicos  de  este “rinconcito de patria que sabe reír y cantar”:  El merolico  vendiendo algo; el teporocho  cargando en su   bolsa sus pertenencias inseparables; las sexo servidoras  con sus mejores sonrisas y sus falditas más  pequeñitas; los vendedores de la lotería nacional y de pronósticos; las inditas  con sus trajes típicos y sus  tinas llenas de productos del  campo; los pedigüeños; los carteristas; los obreros y empleados con sus uniformes; los deportistas  con sus enseres;  niños y ´jóvenes que van  o vienen a o de   la escuela; indocumentados, turistas;  policías, ancianitos,  etc. Un mundo  de gente yendo y viniendo para todas partes.
             ¿Ha cambiado en algo este panorama?








Publicada en: Kaniwá #19 Suplemento cultural del periódico La Opinión, Poza Rica de Hgo; Ver. México, el 13  de  septiembre de 2015.


No hay comentarios:

Publicar un comentario