Foto tomada del facebook de Mario Román. |
Por Joel García Cobos.
Aquí en Poza Rica, estamos
recordando el 50 Aniversario de una gran tragedia, pues el 14 de agosto de 1966
una tubería registró una fuga en la Refinería Nuevos Proyectos de Petróleos
Mexicanos, amenazando la existencia de miles de personas que huyeron
despavoridas para todos lados alejándose de la explosión y el incendio que
siguió.
Afortunadamente el trabajador,
Fortino Yánez Zaleta, enfrentó con valor
la situación, con peligro de su vida, cerró una válvula de hidrocarburo
evitando una tragedia mayor y de funestas consecuencias; lamentablemente murió después
de lograr su desinteresado y heroico acto.
A 50 años, los familiares que
sufrieron pérdidas humanas los recuerdan aún con tristeza, los seres queridos
no se olvidan, permanecen inalterable; para los que vivimos en aquel entonces,
quedan los recuerdos borrosos y las anécdotas que van pasando de generación en
generación.
Foto tomada del facebook de Mario Román. |
Yo tenía 6 años, mi madre como
buena veracruzana cuenta con sazón lo vivido, lo implanta a los hijos que quieran
escuchar el rico legado familiar, de tanto escucharlo no sabemos dónde termina
su versión y dónde comienza la nuestra. (Ver Kaniwá #15 del 16 de agosto de
2015 y http://kaniwajoelgarciacobos.blogspot.mx/ 2015/08/la-explosion-del-14-de-agosto-de-1966. html ).
Destaca: __”Aquí quédate Chatita, no te expongas
al salir a la calle, ni expongas a los niños, si considero que están en
peligro, pido permiso y vengo por ustedes. Él era así, previsor.” Su relato
tiene ahora un rasgo de nostalgia y dolor.
En lo personal, repaso que la
gente corría frenética por la avenida Ciprés de la colonia Chapultepec,
cargando niños, bolsas, cajas, animales, a medio vestir y hasta desnuda. Años
después escuché a doña Estela que contaba que iba y venía de su casa a la
tienda de don Roberto Castro, en cada viaje se tomaba vaso tras vaso de leche y
llegaba repitiendo: __ “Sé que es buena para evitar intoxicaciones” cuando fue
a dar de cenar, ya no había ni una gota. Doña Estela y doña Tere cómo se reían al
revivirlo.
Considero que dadas las
proporciones, el pueblo pozarricense se portó bien, sobre todo con los niños
extraviados, la radio que se solidariza en casos como este, transmitía las
llamadas a su cabina: __”Me llamo Zutano de Abram, tengo en mi domicilio tal,
dos niños vestidos así… que dicen llamarse X y Z, por favor pasen sus padres a
recogerlos.”
Poza Rica arde por sus 4 extremos.
Mi madre también refiere la
siguiente anécdota: ¡Ah! ¡Eso sí!, a los pocos días alguien quiso hacer su agosto,
y una casa comercial sacó su propaganda: __”Atención, atención, Poza Rica arde
por los cuatro extremos.” Se oía una voz
apresurada.
__¡Dios Mío! ¡Otro incendio!
Claro era lo primero que uno pensaba, imposible que no pusiera uno cuidado, y
todos nerviosos nos preguntábamos en cuestión de milésimas de segundos: __ ¿Por
dónde vamos a salir? para luego escuchar una voz pausada y enfática: __”Pero
arde por los bajos precios de su Almacén X.”
Ese corto anuncio se oía en
otros lugares, iba de boca en boca y
cada quién le añadía su cada cual, lo oían familiares de personas que vivían
aquí o iban a estos y les contaban su versión toda distorsionada, ni quién
dijera que era un ardid publicitario, mi tío Ángel me llamó bien preocupado del
puerto de Veracruz, le dijeron que Poza Rica había desaparecido, se preguntaba
con impaciencia: __ ¿Cómo le habrá ido a Licha con sus niños pequeños y mi
hermana ya grande.”
Lo bueno es que ya pasó, y
Dios quiera que no se repita, es una hoja de la historia de nuestra ciudad, si
no ¿Qué le contaríamos a nuestros hijos, sobrinos y nietos?
Texto
Publicado en: Kaniwá #67 Suplemento cultural del periódico La Opinión, Poza
Rica de Hgo; Veracruz. México, del 14 de agosto de 2016.
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