Por Joel
García Cobos.
“Hallan 19
cuerpos en fosa de Guerrero/ Los Ángeles cierra sus escuelas por miedo a
ataques/ Serena hace trampa en carrera: La pillan en taxi/ Detienen a ex
alcalde de Yanga, por abuso de autoridad/ Captan a policías en plena mordida/
Podría ir 37 años a prisión por burlarse de perro/ EPN y rector de UNAM buscan
impulsar educación superior/ Actores de Star Wars visitan niños enfermos/ Ella
es la esposa del más guapo del mundo/ Increíble, aparece imagen de virgen en un
tronco/ Querétaro y sus pueblos mágicos te esperan/ Conductoras dan noticias
con escotazos/ Caen 60 por pornografía infantil en México y 11 países/ Mueren
23 por incendio en hospital ruso/ América cae y Darwin da cabezazo a Sambueza.”
Unotv.com
El anterior es un muestreo de
noticias de una agencia que las difunde a teléfonos celulares, tomé cinco
bloques seguidos para ilustrar mi afirmación: La mayoría de las noticias actuales
que manejan los medios masivos de comunicación son decepcionantes, en ellas no
hay nada positivo ni digno de atención, en todas hay degradación, vanidad o
demagogia.
En
contraste, hay muy pocos informes positivos, amenos, que nos proporcionen
alegría, esperanza o ánimo, las personas en la actualidad viven temerosas,
inseguras, insatisfechas, expectantes a nuevas calamidades, las estadísticas
son demoledoras, pues reflejan familias: disfuncionales, con enfermos, sin empleo
ni tranquilidad.
Hace 2 mil
años, se dio la noticia del nacimiento de un niño en un establo, rodeado de ganado,
se le llamó Jesús, su padre fue un humilde carpintero, su mamá una virtuosa ama
de casa, su misión: restaurar la imagen difamada de Dios y salvar al
mundo, vino a desatar las cargas de los
pobres y traerles paz y esperanza. Aunque se había profetizado desde hacía 4 mil años su venida, su nación no lo esperó,
sólo unos pastorcitos recordaban su próximo arribo y a ellos le fue anunciado el cumplimiento del
suceso.
Esta
narración en nuestros días es muy conocida, unos dicen que es ficción, una leyenda
que se ha ido repitiendo de generación
en generación, para otros es un monótono
estilo de vida. Pero esa tierna historia, no terminó ahí, el niño creció, se
hizo hombre y aunque fue un humilde artesano ha quedado de manifiesto su inmensurable
sabiduría.
La historia lo coloca en la excelencia de un
sinfín de funciones: médico, maestro, psicólogo, físico, químico, filósofo, jurista,
orador, revolucionario, y artista, pues es el Creador del universo, de ahí lo
excepcional, tal vez mi lista se quede corta, sus actos nadie ha igualado y mucho menos superado.
Hay científicos
valiosos galardones; en cambio, Jesús venció a la lepra, ceguera, e invalidez, con el poder
de su voz sanó a personas con epilepsia, poseídos de demonios, aplacó
tormentas, multiplicó alimentos, resucitó muertos; y ese poder está accesible a
todos los que lo pidan. A él no se le dio ningún reconocimiento, en cambio se
le asesinó de la forma más vil.
Si su poder
es enorme, más aún lo es su amor y misericordia que son atributos del carácter
del Padre, imagen restaurada por Jesús, como miles de ejemplos ahí está Magdalena: un alma
regenerada, bondadosa y agradecida.
A esto vino
a nacer Jesús en una noche fría, a regenerar nuestros corazones y a enseñarnos
a amarnos unos a otros, incluso a nuestros enemigos, si en verdad lo amamos,
seguiremos sus enseñanzas, no habrían tantas noticias tristes, llenas de odio,
violencia y sangre. Quiera Dios, que lo
aceptemos en su dimensión real: El Salvador del mundo, el restaurador de corazones, el Príncipe de Paz.
Texto
Publicado en: Kaniwá #34 Suplemento cultural del periódico La Opinión, Poza
Rica de Hgo; Veracruz. México, el 27 de diciembre de 2015.
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